Sunday Drives: una ruta por Mallorca con Zaid Hamid

En esta ruta de fin de semana, viajamos con el periodista Zaid Hamid hasta Mallorca para conocer dos carreteras de la isla que bien pueden considerarse obras maestras de la ingeniería.

Dónde
Sa Calobra y Cabo de Formentor, Mallorca

Longitud
63 kilómetros

Tipo
Zaid Hamid es un periodista que, desde su base en Londres, lleva una década creando contenido automovilístico. También ha recorrido algunas de las carreteras más emblemáticas del mundo, sin embargo, conserva intacta la ilusión por descubrir tramos especiales. «Siempre estoy buscando nuevos caminos y la isla de Mallorca estaba en mi lista de tareas pendientes desde que vi unas imágenes de un Boxster GTS trazando curvas de camino hacia el faro del Cabo de Formentor. En aquel vídeo, el conductor, un periodista británico, lucía una sonrisa tan grande que cuando surgió la oportunidad de visitar esta ruta, no pude evitar escaparme».

El periodista Zaid Hamid.

La Ma-2141, conocida localmente como la carretera de Sa Calobra (La Culebra) por razones evidentes, comienza en la costa y asciende rápidamente hacia las montañas con tramos en los que se suceden curvas muy cerradas. Sa Calobra fue diseñada en la década de 1930 por el ingeniero español Antonio Parietti y se construyó sin maquinaria, a pesar de que hubo que cortar 31.000 metros cúbicos de roca. Contiene 50 curvas, la mayoría de las cuales son horquillas, y la pericia del conductor es clave en todo momento ya que el asfalto es demasiado estrecho para que el tráfico fluya en ambas direcciones. La carretera asciende durante 12,7 kilómetros, alcanza una altitud máxima de 682 metros y presenta pendientes de hasta el 11,5%.

“La ruta comienza a nivel del mar y no ofrece complicación alguna en esta parte, al margen de la estrechez de sus carriles. Tras recorrer un par de kilómetros se empieza a ver la magia de cómo la carretera interactúa de manera orgánica con la sierra de Tramontana, ya que la fina lengua de asfalto atraviesa imponentes rocas», explica Hamid. «A medida que asciende, la pendiente se vuelve más pronunciada y las horquillas comienzan a acumularse. Las rectas que hay entre las curvas de casi 180 grados se vuelven cada vez más cortas y comienza una cadencia que resulta casi hipnótica».

“Cuando los zigzags disminuyen, por encima del hombro derecho se empiezan a ver los kilómetros de carretera que vamos dejando al paso. Es un espectáculo sensorial que recomiendo fotografiar mentalmente. Podría decir que el viaje merece la pena solo por esta vista. Pero aún hay más: poco antes de llegar a la cima se vislumbra la joya de la corona de Sa Calobra”.
“La curva más memorable de la carretera se conoce como ‘Nus de Sa Corbata’ (Nudo de la Corbata), un tramo de asfalto que describe un giro de 270 grados que parece anudarse a sí mismo, formando un viraje que parece más propio de una pista de slot que de una carretera de montaña real”. La ruta termina poco después de esta curva icónica bajo los arcos de un viaducto donde la Ma-2141 se encuentra con la Ma-10, que en este punto se convierte en la Ma-2200. Se trata de un camino más sencillo, que actúa como interludio y

permite reflexionar sobre la magnificencia de Sa Calobra, antes de llegar a la otra vía de Antonio Parietti en la isla.

“La segunda carretera imprescindible conduce al extremo norte de Mallorca y termina en el faro del Cabo de Formentor. Es un punto muy turístico de la isla, pero el día de mi visita tuve suerte porque, al ser fuera de temporada y estar lloviendo, me encontré con el lugar para mí solo. Aquella jornada también tuve la suerte de contar con la tracción y la excepcional dinámica del Porsche Macan S que conducía durante la ruta”.
“Con 354 CV de potencia, 480 Nm de par y una transmisión automática de rápida respuesta, las pendientes en subida fueron pan comido para este SUV con motor V6 turbo; en las bajadas, los frenos inagotables y la dirección comunicativa aportaban la confianza necesaria”. La carretera del Cabo de Formentor también comienza desde el nivel del mar, pero en este caso se extiende 19 kilómetros hasta el faro, que se encuentra a una altitud cercana a los 200 metros.

“Esos casi 20 kilómetros son una auténtica maravilla”, dice Hamid. “La vegetación que brota de las rocas se adentra en la carretera, mientras algunas curvas esconden magníficas panorámicas del mar Mediterráneo. Poco a poco, el camino se va estrechando y va mostrando a lo lejos ese faro que indica el final del asfalto y el límite más septentrional de la isla de Mallorca. En este punto hay que tener cuidado con algunos animales como las cabras que, sin previo aviso, se lanzan a la vía. Por lo demás, solo queda disfrutar de las vistas de los acantilados que se encuentran de forma abrupta con el mar. Incluso en los días más grises, esta ruta puede resultar una magnífica elección”.

Sunday Drives
Dadas las restricciones actuales que limitan las oportunidades para viajar por carretera, la serie Sunday Drives de Porsche Newsroom pretende saciar la sed de aventuras de los lectores al descubrir las carreteras más bellas del mundo a través de la comunidad Porsche.